La inversión por impacto
Una innovadora y poderosa forma de crear impacto social, combinando mecanismos financieros diversos con apoyo no financiero y medición de impacto, avanza en América Latina con el propósito de abordar de manera más eficaz y medible los problemas sociales y ambientales que persisten en la región.

Se trata de la inversión por impacto o venture philantrophy, un enfoque ya asentado en Europa y Asía, que recoge el interés de inversionistas atraídos por la idea de lograr avances sociales mientras generan retornos financieros, así como el de fundaciones y donantes tradicionales que entregan hoy más donaciones a largo plazo, sostenibles y con acompañamiento constante.
La inversión por impacto (venture philanthropy) es un enfoque de inversión social que prioriza el impacto social y ambiental sobre el retorno financiero. Se ubica entre la filantropía tradicional y la inversión de impacto dado que busca generar cambios sistémicos, es estratégica en cómo utiliza los recursos financieros y humanos, y adapta procesos y prácticas del sector financiero para lograr esos cambios.
Este enfoque de inversión busca canalizar capital de riesgo en forma de donaciones y/o inversiones pacientes para escalar ideas innovadoras que tengan impacto socioambiental.
Por ello tiene un papel importante en el fortalecimiento de las organizaciones de propósito social (OPS): emprendimientos sociales ─en sus primeras etapas─ y organizaciones sin ánimo de lucro que por las causas mismas que atienden no van a generar retornos financieros.
La inversión por impacto no pretende reemplazar otros enfoques de gestión social. Al contrario, trabaja junto a ellos para identificar y desarrollar soluciones innovadoras que luego pueden ser escaladas y replicadas por otro tipo de inversionistas, como entidades del sector financiero, fondos de inversión de impacto o inversionistas tradicionales que buscan retorno financiero.
La inversión por impacto le apuesta a integrar el continuo de capital: proveedores de recursos económicos que van desde la filantropía a la inversión tradicional y se distinguen por sus expectativas de impacto, retorno y riesgo.
El continuo de capital

Es importante aclarar que la inversión por impacto puede ser aplicada por diferentes actores del ecosistema de inversión social, como fundaciones, empresas, inversionistas, oficinas familiares, oficinas de servicios profesionales, instituciones académicas, e incluso actores del sector público.
Los casos seleccionados y analizados en este estudio ofrecen una mirada de cómo la inversión por impacto es utilizada por esta variedad de actores teniendo en cuenta sus prácticas:
Apoyo no financiero
Así como los fondos de capital de riesgo mantienen sus inversiones en promedio seis años y participan activamente en la junta directiva de las empresas donde invierten, los inversionistas por impacto acompañan a los emprendedores y a las organizaciones sociales a conseguir la sostenibilidad financiera, a tener un mayor impacto y a fortalecer sus capacidades buscando la mejora de aspectos como comercialización, gobernabilidad, gestión, desarrollo de una teoría de cambio, etc. Es decir, el foco está puesto en el desarrollo y consolidación de la organización y no sólo en un programa. Los inversionistas por impacto se involucran activamente en el desafío social que apoyan y trabajan para darle continuidad a las organizaciones fortaleciendo sus capacidades, en especial la de resiliencia organizacional, y buscando atraer otros donantes o inversionistas. Tienen claro que su apoyo va a largo plazo pero siempre tienen presente, desde el inicio de la intervención, una estrategia de salida para que la organización o el emprendimiento tenga vida propia y sostenibilidad una vez termine el apoyo prestado.
Finanzas a la medida
El inversionista por impacto conoce bien las necesidades y capacidades de cada organización o emprendimiento que apoya y ajusta los instrumentos financieros que proporciona para que sean adecuados a cada caso. Tiene en cuenta también el nivel de desarrollo en que se encuentra la organización y sus necesidades, así como sus propias expectativas de riesgo. Estos instrumentos incluyen, además de donaciones, deuda, capital accionario o mecanismos más innovadores como donaciones recuperables, garantías, esquemas por resultados y deuda subordinada, entre otros. La selección y el uso del instrumento financiero busca optimizar los recursos y el impacto.
Gestión y medición de impacto
Como se mencionó anteriormente, los inversionistas por impacto priorizan la generación de cambios positivos en la sociedad. Esto requiere indicadores claros y personalizados de medición, así como herramientas que permitan monitorear el impacto. Algunas de estas herramientas incluyen: 1) encuestas realizadas a los beneficiarios finales (un enfoque que promueve Acumen), 2) evaluaciones, establecidas conjuntamente con las organizaciones beneficiarias para maximizar su impacto social, 3) también, en algunos casos, métricas estandarizadas como IRIS+ o GIIRS, 4) otros modelos que integran el impacto financiero, social y ambiental. El incorporar principios de gestión y medición también permite recolectar datos para refinar de manera sistemática las estrategias de impacto y tomar decisiones más informadas y de acompañamiento más estratégico a las entidades apoyadas.
Latimpacto espera que este estudio y cada uno de los casos seleccionados permitan profundizar más este concepto, sus prácticas y elementos, para evidenciar el valor que la inversión por impacto puede tener para la región en la búsqueda de mejores condiciones sociales y ambientales para las comunidades.
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